Mariam Torneria | Italia
¿CÓMO FUE SU SALIDA DE CHILE?
A partir del Golpe de Estado, yo y mis hermanos nos vimos de repente «expuestos» a un mundo donde no había matices.
Recuerdo el gesto heroico de mi directora que hizo poner a media asta la bandera cuando murió el poeta.
Mi madre aterrorizada al descubrir la militancia activa de mi padre y yo que esperaba escucharlo llegar y que hacía como que dormía para que él pudiese llorar en paz, junto a nuestras camas.
Mi destierro empezó cuando fuimos a despedir a mi padre que partía a Italia y yo lo vi con su carita triste que me sonreía de lejos y tras los vidrios casi como llamándome.
No sabía cuándo y si volvería a verlo así que me arranqué y fui corriendo hacia él. Creo que fui la única niña en hacer eso un diciembre del ’73.
Al atravesar el bandejón estaban ellos y un espeso vidrio entre nosotros, ellos los conscriptos con casco y metralleta entre yo y mi padre y todavía me enfurezco al recordarlo y me duele tanta crueldad.
Tengo grabadas sus caras de miedo por no saber qué hacer ante una niña enamorada de su padre y mi rabia que no aceptaba entender de armas cuando les dije:
¿Y ustedes creen que llevo armas en los calzones que no me dejan ver a mi papi? creo que se los grité con mucha rabia y frustración y luego un primo me vino a tomar en brazos para alejarme. (parte 1) La garganta se me seca y se me aprieta al recordar esa escena: mi padre indefenso y jóvenes de rostros duros por la obediencia al miedo y al poder.
Sólo en abril de 1974 pudimos viajar a Italia gracias al ACNUR y en esos cuatro meses viajamos de casa en casa ante el miedo que nos secuestraran.
Hace poco tiempo supe de una tía que en las paredes de INACAP de Valparaíso salía la foto de mi padre con orden de dispararle a la vista y de cómo la instruyeron a ella para contestar frente a un interrogatorio.