Noemí Baeza | Holanda
¿CÓMO FUE SU SALIDA DE CHILE?
1.- LA PARTIDA
Mi nombre es Noemí Baeza Henríquez, salí de Santiago, Chile el 26 de febrero de 1974 en calidad de “reunificación familiar” puesto que mi ex compañero, cineasta, obtuvo asilo político en la Embajada de Holanda.
Con un abrazo de indescriptible tristeza e incertidumbre me despedí de mi mamá, en el aeropuerto de Santiago. En ese tiempo había que caminar un gran trecho hasta llegar al avión; mi gran amiga Mónica A. tuvo la valentía de acompañarme hasta la escalinata puesto que yo, iba a duras penas… con un pié quebrado y enyesado hasta la rodilla. Años después supe que mi amiga cuando regresó a la losa del aeropuerto, fue duramente increpada por policías de civil, quienes la interrogaron y retuvieron por horas allí.
Mientras más altura tomaba ese avión, más fuerte sentía la angustia de alejarme de mi país y la impotencia frente a la realidad de que nuestros sueños por construir una vida mejor para todos, estaban irremediablemente rotos.
2.- AMSTERDAM, HOLANDA. PRIMERAS IMPRESIONES
El KLM hizo varias escalas: Sao Paulo, Río de Janeiro, Lisboa, Frankfurt y finalmente….Amsterdam. En Lisboa era de madrugada…habían cambiado la tripulación y una auxiliar de vuelo holandesa se dirigió a mi, mirando la pierna enyesada, entonces preguntó en un español “de España”:” ¡Tenéis una escayola en el pié! ¿Sois de Chile? ¡Dios mío que os han hecho? Ese fascista de Pinochet es un maldito gilipollas!” Yo con pánico la hice callar y ella riendo continuó:”No tengáis miedo. Ya veréis, Holanda es un país libre. Mi suegro fue español “republicano” y sufrió años de cárcel con el dictador Franco, que sigue gobernando en España. Por eso nos ha dolido tanto lo que ha pasado a vosotros ahoraen Chile” Ella: Hetty van der Linden, fue la primera de muchos amigos holandeses a quienes conservo hasta el día de hoy.
Eran cerca de las tres de la tarde cuando aterricé en Amsterdam….en el camino del aeropuerto a la ciudad…contemplé con estupor como cada poste estaba iluminado, luces en la carretera, en los túneles, por todas partes …¡claro! ¡No podía ser de otra manera!: ¡Había llegado al país de la “Phillips”!…observé un paisaje verde… todo verde; plano… todo plano; bajo un cielo gris… y sentí tanto frío…ese frío que no me abandonó en los diez años que viví mi exilio en el Reino de los Países Bajos.
3.- 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973
El 11 de Septiembre a las 09.00 de la mañana estaba en la UTE donde trabajaba como productora de eventos culturales, en la oficina de Extensión Artística; ya sabía del golpe puesto que las antenas de nuestra Radio: La Radio de la UTE, fueron bombardeadas la noche anterior. Evoco flash de vivencias: …a mi amigo Víctor que llegó temprano y lo que hablamos…le dije:” ¿Qué estas haciendo aquí?” y él:”¡Pero si tu me dijiste que tenía que ser puntual!”, (era ese mismo día en que inaugurábamos la exposición de afiches “Por la Vida” organizada entre otros profesionales, por Cecilia Coll jefa de Extensión Artística y el artista gráfico y director de la Secretaria de Extensión y Comunicaciones: Mario Navarro, padre del actual destacado artista y diseñador gráfico Mario Navarro (jr.); habíamos pedido a Víctor que se hiciera presente en la apertura, con un par de sus significativas canciones, esto para darle también más realce a la inauguración puesto que contaríamos con la presencia del presidente de la Republica); ¡yo no podía creer que él no sabía lo que estaba pasando!: “¿Y no sabis lo que está pasando?-le dije- y agregué:” ¡hay golpe de estado!”. Entonces vi como nuestro entrañable compañero y amigo Víctor, siempre tallero, siempre alegre, con esa hermosa e inolvidable sonrisa, lentamente se puso serio y dijo con voz firme:”Si; si sé lo que está pasando…pero en la Radio Magallanes están pidiendo que los trabajadores vayan a sus puestos de trabajo y hoy me toca trabajar aquí”.
Después tengo más flash de recuerdos….evoco la Escuela de Artes y Oficios, la oscuridad, las balas que sonaban cercanas a mis oídos como en las películas Yankees del “lejano oeste”…solo que en ese 11 de septiembre las balas no eran de fogueo, tampoco ese escenario pertenecía a UNA PELICULA, lo que estaba viviendo era una espantosa realidad.
Al día siguiente: día 12, nos llevaron al Estadio Chile (Actual Estadio Víctor Jara), donde junto a cientos de otras compañeras de la UTE y compañeros trabajadores de diversos cordones industriales, tuvimos que pasar una de las noches más horribles de nuestras vidas.
4.- DESDE EL EXILIO
La comunicación con mi mamita fue a través “del paso de tortuga” de las cartas….¡hoy impensable, con la tecnología de los “mails”!.
Cuando mi mamá me escribía por ejemplo, que estaba un poco resfriada, a sus manos le llegaba mi carta contestación deseándole mejoría, cuando ya habían pasado dos o tres semanas y ella ni siquiera recordaba ese resfrío.
Las cartas se demoraban diez, doce, quince días en llegar a su destino…y además eran afortunados los familiares que lograban recibirlas, puesto que fueron miles las correspondencias que fueron a parar a las manos de la DINA, censuradas, destruidas día a día, en las oficinas de ese nefasto organismo de represión de los primeros años de dictadura.
5.- AMSTERDAM, HOLANDA: PRIMER PERÍODO
¡Tantas cosas que había que procesar de una sola vez!: el re encuentro con mi compañero de esos años, las recriminaciones políticas, el idioma incomprensible del país al que llegamos…porque una cosa era saber algo de inglés, de francés….pero otra muy distinta era ¡NO SABER ABSOLUTAMENTE NINGUNA PALABRA DE HOLANDES!.
Luego las comidas… extrañas también para nosotros, el frío que siempre será transversal en mi testimonio…
El primer curso de holandés fue… ¡un fracaso!…no….definitivamente creí que NUNCA entendería ese idioma, lo gutural, lo complejo de su gramática….ufff ¡no NO!.
Y lo incierto: “Pero… ¿será por poco lo de la dictadura?”” ¿Caerá luego?”, “¿Qué hacer?”Después de ocho meses de permanencia con las maletas aún sin deshacer…nos empezamos lentamente a convencer que no viviríamos allí por breve tiempo…
Entonces decidimos que: para poder denunciar en Holanda lo que estaba pasando en Chile, establecer redes de apoyo, construir amistades holandesas, estar de alguna forma insertos en esa sociedad…en otras palabras: para poder sobrevivir ese exilio, no solo “teníamos” sino que DEBIAMOS aprender holandés.